Libertad, Igualdad y Revolución

Todo el mundo habla de Francia. Que si es el nuevo enfermo de Europa, que si Bruselas tiene que intervenir, que si Macron es gay. Y que si la próxima huelga general.
La manifestación y la huelga son deporte nacional en Francia. Es el país con mayores impuestos de toda la OCDE, un estado elefantiásico, un país bloqueado porque nadie se atreve a hacer reformas. Y, como los franceses leen más prensa y más libros que los demás, y les gusta hablar de política y debatir, pues salen a la calle para protestar por cualquier cosa. Es su idiosincrasia.
¿Dónde está la novedad? Francia lleva así, por lo menos, toda la vida.
Hay dos cosas nuevas. En primer lugar, la gran huelga general del próximo 10 de septiembre es un movimiento espontaneo. La novedad es que ha dejado a los partidos políticos descolocados. Los conservadores están convencidos de que recogerán los frutos de la ira popular por unas condiciones de vida inaceptables porque muchos no llegan a final de mes, y los que llegan no pueden ahorrar.
La izquierda está todavía más perdida porque es ella la que acostumbra a movilizar a la gente, a bloquear las calles. Y están descolocados porque esa gente enfadada vota tanto a la derecha como a la izquierda. Como, para los dirigentes, todo es ideología, no saben como actuar. Prueba de ello es que el principal sindicato del país está dudando, no sabe qué hacer, no vaya a ser que lo llamen fascista. Lo único en lo que se ponen de acuerdo es en la necesidad de echar a Macron del Elíseo. Y la extrema izquierda está parasitando el movimiento intentando radicalizarlo.
La otra novedad procede de Gran Bretaña. Hay un profesor del King’s College que se llama David Betz y que ha publicado un informe en el que vaticina una guerra civil en Gran Bretaña, o Francia, y que tendrá un efecto dominó y acabará extendiéndose por toda Europa. Es una previsión lógica habida cuenta de las condiciones económicas de los europeos, todas pésimas para lo que estamos acostumbrados. A lo que hay que añadir la polarización de la sociedad, el eterno debate sobre inmigración, el islam, el peso del estado. Hay opiniones divergentes.
Pero, como consecuencia de ese informe, el ministerio de Sanidad ha enviado un mensaje de prioridad máxima a todos los hospitales de Francia. En esa nota, el ministerio pide a los hospitales que se preparen para vivir, de aquí a un año, en estado de guerra. Tal cual. Y Macron, en las últimas elecciones, dijo que la alternativa a su mandato era el enfrentamiento civil. Hay cada vez más europeos, poco importa el país, que opinan abiertamente que lo mejor sería que el ejército diera un golpe de estado y expulsará a toda la clase política. Eso a la derecha. Y la izquierda quiere meter en la cárcel a los conservadores. El problema es que la gente no aprende del pasado, no estudia la Historia. Declarar una guerra es algo sencillo y todos sabemos cómo empieza. En general, el que la declara, suele perder y el coste es horroroso para todos.
Hasta pronto.

Publicado el 31/08/2025
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