La república de los jueces

Bienvenidos a la Pequeña España.
Nicolas Sarkozy, lo pronuncio a la española, ha sido condenado a cinco años de prisión. Será la primera vez que un antiguo presidente de Francia pise la cárcel. El periodista español Luis Rivas lo ha explicado de maravilla en Voz Populi hace unos días, por si os apetece leer su artículo. Y no es un periodista de los de ahora, es de la vieja escuela, lleva treinta años viviendo en Francia y cotejando datos. Y lo sé de primera mano porque he trabajado con él. Aún así, si no estáis familiarizados con el caso, os lo explico rápidamente porque es de una extrema gravedad.
Sarkozy estaba acusado de cuatro delitos y tres han sido desestimados porque la juez Nathalie Gavarino no ha podido demostrar que hubiera corrupción, que hubiera enriquecimiento personal y que hubiera financiación libia de la campaña electoral. El cuarto delito por el que ha caído el antiguo presidente es el de asociación de malhechores, una expresión generalmente empleada para los casos de ladrones, traficantes, crimen organizado, etc.…
Lo grave llega ahora. La juez no ha encontrado pruebas de ese delito y lo que ha hecho ha sido inaudito. Simplemente ha invertido la prueba de la carga y le ha dicho a Sarkozy que demuestre que no sabía que sus asesores y entorno se reunían con las peores intenciones o que él mismo no tenía esas malas intenciones. Es decir, fuera la presunción de inocencia y la presencia de pruebas irrefutables.
Y la cosa se pone peor, porque esta magistrada empezó todo el caso en base a un informe falso. Fue un reportaje publicado por Mediapart, un periódico digital dirigido por Edwy Plenel, un reconocido enemigo de Sarkozy, antiguo director del periódico Le Monde y muy de izquierdas. Este señor avaló la publicación de un reportaje en el que se afirmaba que el entonces jefe del servicio de inteligencia libio había dado cincuenta millones de euros como regalo del coronel Gadafi para la campaña presidencial de Sarkozy en 2007. No hay ni una prueba, nada que demuestre eso. Fue un auténtico bulo. De hecho, la propia juez ha declarado que el documento era falso y, a pesar de eso, ha seguido adelante con la condena.
Para terminar el círculo de los agravios, Sarkozy ha puesto un recurso, pero la juez ha ordenado su ingreso en prisión, probablemente en octubre. Es decir, cuando Sarkozy acuda al juzgado para agotar todas las vías legales a su disposición, lo hará esposado. Dice la magistrada que lo ha hecho para evitar el riesgo de fuga.
Todo esto va a crear jurisprudencia y, desde ahora en Francia, ya no hay derechos para la gente, políticos incluidos. A muchos les parecerá bien teniendo en cuenta el nivel de corrupción de esos políticos privilegiados, pero la realidad es que se ha condenado a un ciudadano sin pruebas y eso quiere decir que los jueces han tomado su decisión en función de una ideología. Esto es lo realmente grave porque el poder judicial ha aplastado al legislativo y al ejecutivo sin que ninguno de los otros dos se haya inmutado. A eso se le llama un golpe de estado.
Francia ha entrado en un nuevo orden, otro sistema, la república de los jueces.
Hasta pronto.

Publicado el 05/10/2025
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